Antiinflamatorios para el dolor

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Si has padecido o padeces una hernia discal y no has tomado alguna vez antiinflamatorios debes vivir en otro planeta. Es difícil para alguien que padece esta lesión no recurrir a ellos cuando el dolor es más agudo.

En la entrada de hoy desmenuzo los antiinflamatorios más usados, su efecto sobre el dolor, y sus efectos no deseados.

Desde la Antigua Grecia e incluso antes se usaban vegetales para bajar la inflamación, pero fue en 1829 cuando por primera vez se aisló el principio activo de la hoja de sauce, la salicina. Tras procesos de hidrólisis apareció el alcohol salicílico que fue convertido en ácido salicílico, y posteriormente transformado a ácido acetilsalicílico, la aspirina que todos conocemos. Todo esto ya era creado en laboratorio en 1894, pero no fue hasta mediados del siglo XX cuando empezaron a salir el resto de antiinflamatorios no esteroideos (AINES).

Hoy en día en EEUU se consumen una media de 100 aspirinas por habitante y año, ¿No es espeluznante esta cifra? En España no llega a 20 comprimidos al año por habitante. Claro que esta estadística no tiene en cuenta la gente que consume otro tipo de antiinflamatorios o analgésicos.

Voy a tratar de minimizar lo máximo toda la información porque esto podría dar para un libro. También utilizaré términos para que cualquiera que no tenga conocimientos de medicina pueda comprenderlo.

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¿Por qué se produce una inflamación?

La inflamación es una reacción defensiva de nuestro organismo ante una agresión ya sea vírica, bacteriana, agentes extraños o traumatismos. Nuestro cuerpo genera sustancias para aislar y destruir el agente extraño y proteger los tejidos.
Estas sustancias pueden causar daños en tejidos y órganos ya que en muchas ocasiones no son capaces de distinguir el agente extraño.

Los signos de la inflamación son tumefacción o edema (esa bolsa que se forma por ejemplo alrededor del tobillo cuando se produce un esguince), hiperemia (calor que produce nuestro organismo por el aumento de riego en la zona), enrojecimiento (por el aumento de presión en las venas que vascularizan la zona), dolor.

Se produce una liberación de mediadores que son pequeñas moléculas, entre ellas lípidos (prostaglandinas, leucotrienos y tromboxano), aminoácidos modificados (histamina, serotonina) y pequeñas proteínas (citoquinas, factores de crecimiento, interleuquinas…) que dan información a las células inflamatorias para que actúen de una manera u otra.

Entonces la inflamación no es tan negativa ¿No?

La inflamación como hemos indicado antes es una reacción de defensa de nuestro organismo y en muchas ocasiones deberíamos dejar que nuestro propio cuerpo sea el que regule esto.
Muchas otras veces la reacción es desmedida o se puede alargar demasiado tiempo y hay posibilidad de que estos agentes ataquen a todo lo que tiene a su alrededor, dañino o no.

¿Por qué usar antiinflamatorios?

La inflamación como mecanismo de defensa puede producir daños en tejidos y órganos, de ahí que en ocasiones sea necesario reducir esta magnífica respuesta de nuestro organismo.

El objetivo de suministrar un medicamento para bajar la inflamación es mantener controlada la biosíntesis de los mediadores que libera nuestro cuerpo y que van a producir esa reacción. Estos mediadores tienen una acción rápida, y se degradan en un corto periodo.

La diferencia entre antiinflamatorios esteroideos y no esteroideos

Los esteroides, entre los que se encuentran los corticoides que se emplean en muchos medicamentos, se producen de forma natural en las cápsulas suprarrenales. En laboratorio se crean de forma sintética y se limita bastante su uso por los efectos adversos que producen.
Son utilizados sobre todo en inflamaciones crónicas y alguna ocasión en las agudas cuando haya peligro de daño en tejidos u órganos.

Los antiinflamatorios no esteroideos son los más utilizados para inflamaciones ocasionales  tales como los derivados del ácido acetilsalicílico por ejemplo.

Hay una familia muy amplia de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) que se clasifican según su estructura química. Voy a enumerar los más utilizados y que tal vez en alguna ocasión hemos utilizado o utilizamos.

– La aspirina pertenece a la familia de los Salicilatos cuyo principio activo es el ácido acetilsalicílico. Hasta la aparición del ibuprofeno era el analgésico antiinflamatorio más empleado, aunque siempre se ha empleado más bien para aliviar el dolor.
Los efectos adversos son principalmente la irritación de la mucosa gástrica.

– Piroxicam. Se utilizan sobre todo en casos de artritis y reumatismos. No deben tomar estos medicamentos los pacientes con problemas gastro intestinales, que tomen anticoagulantes. Tiene efectos adversos en nuestro estómago, duodeno, hígado y riñones. Feldene es uno de los medicamentos que contienen este principio activo

– Nolotil. Pertenece a la familia de las Pirazolonas que a su vez están dentro del grupo de los Ácidos Enólicos, donde se encuentra el Piroxicam. El Metamizol es el principio activo de este medicamento. Buscapina también contiene Metamizol. Puede afectar su uso a hígado y riñones, algo menos en el tracto digestivo que otros AINES.

– Diclofenaco. Su nombre comercial más conocido es Voltarén. Es uno de los más potentes antiinflamatorios que se pueden tomar vía oral, también uno de los que más efectos adversos tiene y la toma nunca debe exceder de la semana.
Los riesgos cardiovasculares de este medicamento y un uso descontrolado han llevado a que farmacéuticos y médicos en España hayan limitado su comercialización en los últimos años.
El uso de Diclofenaco en ganado en zonas subasiáticas acabó con el 99% de la población de buitres en una década.

– Ibuprofeno y Naproxeno. Entran en la familia de los derivados Arilpropiónicos. Si tenemos en nuestras manos algún medicamento cuyos principios activos acaben en “-eno”, son todos miembros de este grupo también.
La principal diferencia de los dos es la duración de su efecto, en el caso del primero en torno a las 6 horas y en el caso del Naproxeno hasta 10.
Las autoridades sanitarias advierten del grave peligro para la salud que supone suministrar más de 400mg pero se sigue comercializando Ibuprofeno de 600mg.

– Paracetamol. Entra en el grupo de los Paraminofenoles, y aunque no tiene propiedades antiinflamatorias y su acción analgésica se realiza en el sistema nervioso central, está clasificado como AINE.
Siempre se ha dicho que el Paracetamol tiene menos efectos secundarios que cualquier otro analgésico. Razón hay si pensamos en efectos a nivel gastrointestinal. Otra cuestión es cuando hablamos de efectos adversos en el hígado, un órgano que salvo estar ya en un estado de deterioro avanzado no manifiesta síntomas.

Todos estos antiinflamatorios actúan en el lugar de la inflamación. Cuando tomamos estos medicamentos junto con las comidas la liberación de los mismos es más lenta pero no está demostrado que el efecto disminuya. Es preferible tomarlo así para la reducir su efecto negativo en la mucosa gástrica.

Estos medicamentos se pueden administrar por vía intravenosa u oral, siendo la primera de acción más rápida. Su absorción por vía oral es bastante rápida también.

El hígado es el órgano que transforma estos principios activos de los antiinflamatorios, y los riñones son los que filtran y desechan la mayor parte del medicamento.

Los efectos adversos de estos medicamentos son aumento de los niveles de tensión arterial, insuficiencia renal aguda, diabetes, aumentan el riesgo de infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca salvo los salicilatos (aspirina). Salvo el Paracetamol, además irritan en exceso la mucosa gástrica.

También pueden producir alteraciones en el sistema nervioso central como irritabilidad, mareos, cefaleas, vértigo, acúfenos (pitidos en los oídos), somnolencia.
Hay estudios que indican que pueden ser responsables también en casos de pacientes que desarrollan sensibilidad a la luz.

El uso de alcohol cuando tomamos alguno de estos medicamentos potencian los efectos secundarios sobre el hígado o estómago.

Se estima que anualmente se hospitalizan a más de 100.000 personas y fallecen 16.000 en EEUU por consumo de antiinflamatorios. En el caso del paracetamol hay un aumento alarmante de insuficiencias hepáticas por uso excesivo de este medicamento. La toma de más de 3 gramos diarios es peligrosa y este efecto se potencia en el caso de combinarlo con otros medicamentos.

Cuando tomamos un antiinflamatorio en el caso de padecer protrusión o hernia discal estamos actuando sobre el mecanismo del dolor y la inflamación que pueda producir en el nervio la presión del disco herniado.
Debemos ser conscientes además que la toma continua de estos medicamentos crea una resistencia hacia ellos que hacen que poco a poco sean menos efectivos. Muchas veces el paciente manifiesta que es posible que la hernia cada vez esté peor, cuando en realidad lo que sucede es que esos analgésicos ya no hacen el mismo efecto.

Recuerda que el éxito de la medicina alopática reside en eliminar esos síntomas tan molestos sin tener en cuenta si estamos deteriorando nuestro hígado, produciendo una irritación gástrica o elevando la tensión arterial.

Hay una mayoría de las ocasiones que todos esos síntomas podemos aliviarlos con ejercicios, algún remedio más natural o incluso acudiendo a algún tipo de terapia. Mucho mejor sería si además tomamos conciencia de la lesión para tratarla a diario, y no acordarnos de los ejercicios solo los días que no hay manera de levantarse de la cama.

Si tenemos un huerto y lo regamos a diario, quitamos malas hierbas y además seguimos una pauta para cultivar de forma ordenada obtendremos grandes resultados. Si realizamos las revisiones oportunas a nuestro coche, hacemos los cambios y engrases en su momento, tendremos un coche que durará muchos más años.
Si tenemos una lesión como una hernia discal, hacemos ejercicio, cuidamos nuestra alimentación, posturas y no realizamos actividades que puedan empeorarla a diario,  las posibilidades de encontrarnos bien la mayoría del tiempo son muy altas.

¿Tomas antiinflamatorios con frecuencia? ¿Quieres contar tu experiencia? Puedes hacerlo aquí mismo. O si prefieres hacer una consulta puedes tomar contacto personal conmigo.

Muchas gracias por haber seguido la entrada de hoy y espero verte muy pronto de nuevo por aquí.

1 comentario en «Antiinflamatorios para el dolor»

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